lunes, 29 de noviembre de 2021

ACATISTO AL SANTO APÓSTOL ANDRÉS, EL PRIMERO DE LOS LLAMADOS

 



Condaquio I

 

Venid creyentes y alabemos a Andrés el Apóstol, el hermano de Pedro, el primero de entre los llamados, el que imitó en su pasión a Cristo subiendo como Él a la cruz; venid creyentes y alabémosle porque sacó a los paganos del error de los ídolos convirtiéndolos a Cristo mediante el Santo Bautismo y digámosle:

 

¡Alégrate, Santo Apóstol Andrés!

 

Icos I


Oh Andrés, Predicador de Cristo, por el don que te fue concedido de lo alto purifica mi alma atormentada por multitud de pensamientos pecaminosos, para que limpio de toda mancha pueda cantarte diciendo:

 

Alégrate, tú que te convertiste de pescador en Apóstol.

Alégrate, tú que tuviste como primer maestro a San Juan Bautista.

Alégrate, tú que fuiste el primero en ser elegido por el Redentor de entre el grupo de los Apóstoles.

Alégrate, porque lleno de fe te convertiste en discípulo de Cristo.

Alégrate, tú que llevaste a tu hermano Pedro al Salvador.

Alégrate, pues con el coro de los Apóstoles seguiste al Señor.

Alégrate, tú que eres el primero de los Apóstoles.

Alégrate, pues conservaste hasta la muerte en la cruz en tu alma el amor de Dios.

Alégrate, tú que lleno de este amor, anunciaste a multitud de naciones a Cristo, el dador de la Vida.

Alégrate, pues en medio de tus trabajos apostólicos sufriste multitud de tribulaciones.

Alégrate, tú que fuiste golpeado por los impíos con piedras y palos.

Alégrate, tú que fuiste mordido por los salvajes de afilados dientes.

 

¡Alégrate, Santo Apóstol Andrés!

 

Condaquio II

 

Siguiendo la promesa hecha al Señor, con las redes del Evangelio Divino, sacaste del abismo del error a multitud de pueblos. El que de pescadores de peces os convirtió en pescadores de hombres, os enseñó a pescarlos para la verdadera fe. Por eso llenos de alegría decimos al que es nuestro Dios: ¡Aleluya!

 

Icos II

 

A ti que conoces los misterios inenarrables de Cristo, y puedes por ello predicárnoslos; a ti que recibiste desde los cielos el don del Espíritu Santo y hablas con palabras inefables; A ti te alabamos diciendo:

 

Alégrate, tú que recibiste el día de Pentecostés al Espíritu Santo en forma de lenguas de fuego.

Alégrate, tú que extendiste incansablemente el Evangelio por muchas naciones.

Alégrate, pues habiendo sido desgarrado por los paganos fuiste curado por Cristo.

Alégrate, tú que de entre los mejores y más piadosos cristianos consagraste obispos y sacerdotes.

Alégrate, pues en tu labor misionera por pueblos y ciudades convertiste a las gentes a la verdadera fe.

Alégrate, pues el martirio fue la corona por tus muchos años de predicación evangélica.

Alégrate, tú que fuiste crucificado cabeza abajo por los paganos incrédulos.

Alégrate, pues tu santa alma fue llevada a los cielos.

pues Cristo te coronó con una corona preciosa e inmarcesible.

Alégrate, pues todos los coros de los ángeles cantaban himnos de gloria mientras eras coronado.

Alégrate, pues fuiste llevado al palacio celestial por los Ángeles y los Santos.

Alégrate, tú que lleno de humildad glorificas a la Santa Trinidad.

 

¡Alégrate, Santo Apóstol Andrés!

 

Condaquio III

 

Lleno de sed divina corriste a responder a la llamada del Redentor, oh Santo Apóstol Andrés y bebiste en sus enseñanzas como el ciervo que se sacia en los manantiales de agua pura, predicando después a Cristo, verdadero Dios, a todos. Por ello te decimos: ¡Aleluya!

 

Icos III

 

La Perla preciosa de gran precio, que llevabas escondida en tu corazón, la mostraste a las gentes, oh Apóstol Andrés. Los que la recibieron y abandonaron el paganismo la convirtieron en su tesoro, por ello te decimos:

 

Alégrate, tú que alabas en el cielo a Dios junto a su purísima Madre.

Alégrate, tú que, junto a los Ángeles y los Santos, cantas continuamente himnos a la Santa Trinidad.

Alégrate, tú que eres nuestro guardián y protector.

Alégrate, tú que eres nuestro intercesor ante la santísima Madre de Dios.

Alégrate, tú que eres nuestro intercesor delante del trono del Señor.

Alégrate, servidor de los Misterios de Cristo.

Alégrate, predicador de la fe que nos dio nuestro Señor.

Alégrate, tú que nos iluminas con el conocimiento celestial.

Alégrate, tú que nos enseñas la verdadera fe ortodoxa.

Alégrate, tú que nos traes a Jesucristo.

Alégrate, tú que pisoteas a Satán.

 

¡Alégrate, Santo Apóstol Andrés!

 

Condaquio IV

 

Tomando en tus manos la Buena Noticia del Evangelio, alabadísimo apóstol Andrés, enriqueciste a toda la tierra con tu divina predicación; por esto honramos la memoria de tus martirios cantando contigo a Dios: ¡Aleluya!

 

Icos IV

 

Los templos paganos fueron convertidos en Iglesias de Dios, oh bienaventurado Apóstol Andrés, y en ellas santificaste a los hombres por medio del Bautismo convirtiéndolos por él en hijos de Dios, renovados por medio del agua y del don del Espíritu Santo. Por ello te alabamos diciendo:

 

Alégrate, tú que durante tu martirio escuchaste los himnos celestiales.

Alégrate, pues crucificaste las cosas de este mundo para que en ti habitara Jesucristo.

Alégrate, pues por ti fue vencida la oscuridad.

Alégrate, pues por ti fue iluminada la humanidad.

Alégrate, tú que unido a Dios has sido deificado.

Alégrate, tú que subiste al cielo por la santa escalera de la cruz.

Alégrate, tú que has sido iluminado con la luz increada.

Alégrate, pues has llevado a Dios a los hijos de este mundo.

Alégrate, divino servidor de la Iglesia.

 

¡Alégrate, Santo Apóstol Andrés!

 

Condaquio V

 

Al conocer el misterio de Cristo, Glorioso Andrés, fuiste corriendo a anunciárselo a tu hermano Pedro y una vez que lo habías encontrado le dijiste: ¡He encontrado al que esperábamos!, mostrándole el conocimiento del Espíritu, por ello cantamos a Dios diciendo: ¡Aleluya!

Icos V

 

Con la red de las Divinas Palabras, pescaste del abismo a los peces racionales, oh dichoso Apóstol, sirviéndolos en la mesa de Cristo como alimento puro e iluminado, por ello te decimos:

 

Alégrate, oh Andrés, dulzura de la razón.

Alégrate, divino deleite de la humanidad.

Alégrate, pues por ti la fe se extendió.

Alégrate, pues comparadas con el amor de Dios consideraste las cosas de este mundo como basura.

Alégrate, pues te serviste de múltiples modos para salvar a muchos.

Alégrate, vaso escogido de la sabiduría de Dios.

Alégrate, dulce mensajero del Logos.

Alégrate, divino ungüento para los ciegos.

Alégrate, milagrosa medicina para los enfermos.

Alégrate, pregonero de las palabras divinamente inspiradas.

Alégrate, pues nos abres el entendimiento iluminándolo con la luz de Cristo.

 

¡Alégrate, Santo Apóstol Andrés!

 

Condaquio VI

 

Puente que nos conduce a Dios, luz brillante del Espíritu que habitaba dentro de ti por voluntad divina y que te reveló como predicador de las cosas inefables, oh glorioso Apóstol Andrés, por ti, nosotros cantamos a Dios diciéndole: ¡Aleluya!

 

Icos VI

 

Abandonando las redes de pescador y tomando la cruz seguiste a Cristo que te llamó y lanzando las redes del Espíritu, pescaste hombres en vez de peces. ¡Gloria al Espíritu Santo que te fue dado y al que recibiste! Por eso te alabamos diciendo:

 

Alégrate, tú que nos revelas la Encarnación del Logos.

Alégrate, tú que nos muestras las Palabras divinas del Evangelio.

Alégrate, divino tesoro de los tesoros celestiales.

Alégrate, tú que enseñas a los maestros desterrando los falsos conocimientos.

Alégrate, pues aceptaste con gozo las tierras que te fueron encomendadas para tu predicación del Evangelio.

Alégrate, pues hiciste grandes milagros entre los débiles.

Alégrate, tú que disipaste la oscuridad de la antigua ley.

Alégrate, firme columna de la verdad.

Alégrate, tú que nos enriqueces con sabias y divinas palabras.

Alégrate, tú que con paciencia anunciantes el Evangelio a los paganos convirtiéndolos en fieles creyentes.

Alégrate, templo venerable de la Santa Trinidad.

iglesia para tus hijos espirituales.

 

¡Alégrate, Santo Apóstol Andrés!

 

Condaquio VII

 

Conseguiste al que anhelabas, bienaventurado apóstol Andrés y ahora habitas con Él en las moradas celestiales después de haber cosechado las gavillas de tus esfuerzos evangélicos; por ello glorificamos a Dios diciendo: ¡Aleluya!

 

Icos VII

 

Lleno de amor seguiste al Soberano de todas las cosas hasta la muerte en la cruz. En todo seguiste los consejos evangélicos y no hubo nunca engaño en tu boca; por eso, bienaventurado Apóstol Andrés te decimos:

 

Alégrate, tú que predicaste sobre la grandeza insondable de Dios.

Alégrate, tú que nos guías en la comprensión de los misterios divinos.

Alégrate, bendito predicador del Paráclito.

boca sellada con el fuego divino.

Alégrate, tú que desbaratas a los sabios de este mundo.

Alégrate, tú que pisas los demonios que habitan en los falsos ídolos.

Alégrate, tú que nos ofreces el Reino celestial.

Alégrate, tú que anuncias los misterios de Cristo.

Alégrate, lengua de fuego que habla sobre las cosas divinas.

Alégrate, ruiseñor celestial que canta con dulzura el Evangelio de Cristo.

Alégrate, tú que deleitas nuestros oídos con las Palabras divinas.

 

¡Alégrate, Santo Apóstol Andrés!

 

Condaquio VIII

 

Por el don que te fue concedido por Dios, derribabas a los espíritus demoniacos con la fuerza de tu palabra inspirada. En el nombre de nuestro Señor Jesucristo devolvías la salud a los enfermos y apaciguabas las pasiones del alma; agradecidos por ello decimos a Dios llenos de alegría: ¡Aleluya!

 

Icos VIII

 

Nos invitas al banquete de tu conmemoración y pones sobre la mesa los platos de tus luchas y trabajos por el Evangelio sazonados con la sal de Cristo. Dulces son para nosotros tus palabras sobre las enseñanzas celestiales; por eso llenos de fe te decimos:

 

Alégrate, tú que iluminas a los que andaban en las tinieblas del paganismo.

Alégrate, recto camino para los extraviados.

Alégrate, tú que has visto y escuchado a Cristo.

bienaventurado confesor de la pasión de Cristo.

Alégrate, testigo de los milagros del Salvador.

Alégrate, tú que anuncias a todos los pueblos su gloriosa Resurrección.

Alégrate, tú que nos traes la fe ortodoxa.

Alégrate, tú que nos muestras la gloria que le espera a los justos.

Alégrate, tú que nos revelas los tormentos reservados para los pecadores.

Alégrate, tú que anuncias a Cristo, verdadero Dios y verdadero hombre.

Alégrate, tú que has contemplado a Dios.

Alégrate, tú que escuchas lo que las gentes no oyen.

 

¡Alégrate, Santo Apóstol Andrés!

 

Condaquio IX

 

Se te mandó subir al monte Sion, oh Apóstol Andrés, y tomando la copa de la salvación la bebiste con alegría pasando de la muerte a la vida divina con Cristo al que cantas: ¡Aleluya!

 

Icos IX

 

El fuego del Espíritu descendió desde el cielo sobre ti, Andrés, bienaventurado Apóstol de Cristo, y te concedió el don de hablar en lenguas que no conocías para predicar sus glorias hasta los confines del mundo. Nosotros asombrados ante tan gran misterio te alabamos diciendo:

 

Alégrate, tú que predicaste la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo.

Alégrate, pues mandas al hades a los demonios.

Alégrate, tú que estás lleno de los frutos del Espíritu Santo.

Alégrate, tú que estás lleno de sus dones.

Alégrate, pues por ti se nos reveló la Santa Trinidad.

pues por ti se glorificó su indivisible unidad.

Alégrate, milagrosa fuente que dispensa la salud a los creyentes.

Alégrate, tú que infringes dolorosas heridas a los demonios.

Alégrate, lámpara que contiene la Luz mas radiante que el sol.

guía y luz de los ciegos.

Alégrate, tú que iluminas con el Evangelio a toda la tierra.

Alégrate, tú que vences a los enemigos de la Iglesia.

 

¡Alégrate, Santo Apóstol Andrés!

 

Condaquio X

 

¿Quién te enseño a hablar con tales palabras?, ¿Quién iluminó tu mente para ver claramente el rayo de la gloria divina que nos ilumina nuestros corazones con la luz de la Verdad? ¡Cristo nuestro Dios! Al que llenos de alegría cantamos diciendo: ¡Aleluya!

 

Icos X

 

La razón humana es desbaratada con tu divina predicación que extiendes por todo el orbe. A ti que conoces los misterios de Cristo y que contemplas las cosas celestiales, a ti el primer llamado de entre los doce Apóstoles por el Señor te decimos:

 

Alégrate, tú que continuamente intercedes por nosotros ante Dios.

Alégrate, porque por medio de tus santas oraciones Dios nos concede su infinita misericordia.

Alégrate, pues con tu ayuda el pérfido Satán es expulsado lejos de nosotros.

Alégrate, tú que apartas de nosotros los malos pensamientos y las enfermedades del cuerpo y del alma.

Alégrate, brillante perla de Cristo.

timonel que guías a los que navegan sobre las aguas.

Alégrate, compañero de viaje de los que caminan por la tierra.

Alégrate, ayuda de los que te invocan cuando vuelan por el aire.

Alégrate, tú que nos ofreces el alimento de las buenas obras.

Alégrate, tú que ruegas con nosotros por nuestra salvación.

 

¡ Alégrate, Santo Apóstol Andrés!

 

Condaquio XI

 

El soplo del Espíritu Divino te condujo hasta tierras lejanas plantando la cruz en los extremos del Orbe y alcanzando hasta allí el pregón del Evangelio de Jesucristo al que cantabas en medio de las gentes diciendo. ¡Aleluya!

 

Icos XI

 

Portador de la Luz y de la verdadera alegría, bienaventurado Apóstol Andrés, tu santa conmemoración brilla como un rayo sanador para nosotros que te cantamos:

 

Alégrate, estrella más luminosa que el sol.

Alégrate, lámpara que brillas con rayos de oro.

Alégrate, dispensador de los dones divinos a los creyentes.

Alégrate, ayuda en las tribulaciones de los monjes afligidos.

Alégrate, tú que expulsas a los demonios.

Alégrate, refulgente belleza de la Iglesia de Cristo.

Alégrate, morada venerable de Cristo.

Alégrate, joya del Colegio Apostólico.

Alégrate, vencedor de los crueles martirios.

Alégrate, fuente de alegría para los justos.

Alégrate, alabanza de los Santos.

Alégrate, tú que intercedes y proteges a los cristianos ortodoxos.

 

¡Alégrate, Santo Apóstol Andrés!

 

Condaquio XII

 

Voluntariamente aceptaste los martirios y como fiel Discípulo del Divino Maestro al que seguiste, subiste lleno de alegría a la cruz, camino que te condujo al cielo donde eres tres veces Bienaventurado. Llenos de alegría por tu intercesión, cantamos Dios diciendo: ¡Aleluya!

 

Icos XII

 

Los pueblos, iluminados por tu predicación evangélica, fuimos llevados de la tierra a las moradas celestiales y dejando de servir al maligno enemigo, nos convertimos en ciudadanos del cielo compartiendo la gloria de Dios junto con los ángeles. Contemplando tus innumerables méritos te decimos:

 

Alégrate, Apóstol Andrés, amado por los creyentes.

Alégrate, tú que expulsas las herejías.

Alégrate, tú que nos ayudas a guardar la pureza del cuerpo.

Alégrate, flor hermosa y perfumada del Paraíso.

pues tus oraciones son como una escalera que nos conduce al cielo.

Alégrate, arma invencible del pueblo cristiano.

Alégrate, tú que acompañas a los piadosos ejércitos intercediendo por su victoria frente a los enemigos.

Alégrate, tú que nos proteges de los peligros de los incendios.

Alégrate, tú que nos libras de los engaños del enemigo.

Alégrate, tú que nos ayudas por medio del arrepentimiento a salvar nuestras almas.

 

¡Alégrate, Santo Apóstol Andrés!

 

Condaquio XIII

 

Oh glorioso y milagroso, santo y alabado Apóstol Andrés, con los ojos llenos de lágrimas corremos presurosos a pedir tu ayuda para que intercedas por nosotros con tus oraciones y nos veamos libres de los sufrimientos eternos. Oh Bienaventurado, haznos dignos de la alegría del Paraíso para que junto a ti cantemos a Dios diciendo: ¡Aleluya, Aleluya, Aleluya!

 

Se repite el icos y el condaquio I

 

Oración

 

Señor y Dios nuestro, creador nuestro y de todas las cosas, no apartes tu divino rostro de nosotros los pecadores; líbranos de tu terrible ira de la que somos merecedores por nuestros innumerables pecados que día a día hemos cometido. Nos reconocemos pecadores, miserables y llenos de maldad, más tu eres la Fuente de la Vida y de la Misericordia, por ello te suplicamos que no ignores nuestras plegarias ni nos pagues según merecen nuestras infamias y ya que no somos dignos de tu compasión concédenosla por tu inmenso amor a la humanidad como un gracioso don de tu benevolencia. Por intercesión de tu glorioso y bienaventurado Apóstol Andrés, concédenos la salud y poder vivir libres de toda aflicción y al celebrar su gloriosa conmemoración, fortalécenos en la fe, para que con el corazón rebosante de alegría y reconocimiento glorifiquemos tu santísimo Nombre por los siglos de los siglos. Amén.

No hay comentarios: