lunes, 15 de noviembre de 2021

Acatisto San Paisie de la Neamnt

 




ACATISTO A SAN PAISIE DE LA NEAMT

 

 

Condaquio I

 

Siguiendo a Cristo, oh Padre, dejaste la casa de tus padres y fuiste a la santa montaña de Athos buscando un guía espiritual. Como un nuevo Abraham te estableciste en la bendita tierra rumana, convirtiéndote en padre y sacerdote, engendrando innumerables hijos espirituales en Moldavia. Por ello, con piedad te decimos:

 

¡Alégrate, Padre Paisie, maestro de los monjes!

 

Icos I

 

Nacido en una familia sacerdotal, desde niño amaste a Cristo anhelando la oración silenciosa e incesante. Recibe este himno de alabanza de parte de nosotros, tus hijos:

 

Alégrate, vaso escogido del Espíritu Santo;

Alégrate, flor preciosa de Poltava;

Alégrate, lirio espiritual de la Ortodoxia;

Alégrate, pues desde niño fuiste llamado por Cristo;

Alégrate, tu que amaste a la Iglesia desde tu infancia;

Alégrate, llama que arde con el fuego divino;

Alégrate, faro que ilumina el Este;

Alégrate, vela encendida de la oración;

Alégrate, justo candelero de la virginidad;

Alégrate, morada de la bondad celestial;

Alégrate, joven de mente anciana;

Alégrate, anciano sapientísimo con corazón de padre;

 

¡Alégrate, Padre Paisie, maestro de los monjes!

 

Condaquio II

 

Ni las lágrimas de tu madre, ni las súplicas de tus hermanos, ni tu tierra natal, pudieron impedirte seguir a Cristo y dejándolos a todos derrotaste a los demonios y las tentaciones de la juventud se suavizaron. Tus amigos te abandonaron y tu corriste hacia el cielo lleno de alegría, por lo que cantamos a Cristo: ¡Aleluya!

 

Icos II

 

Oh Padre, nos maravillamos por tu santo celo cuando dejaste en tu vida paso a lo eterno; por como superaste las debilidades de la carne y encontraste refugio en tierra extranjera convirtiéndote en hijo del bienaventurado Basilio de Poiana Marului y hábil marinero en la montaña sagrada de Athos por lo que te decimos:

 

Alégrate, roca escogida de la fe;

Alégrate, aceituna fructífera de la Iglesia;

Alégrate, grácil cedro del jardín celestial;

Alégrate, manzana bañada por el rocío del Espíritu;

Alégrate, vid fructífera;

Alégrate, jardín lleno de frutos escogidos;

Alégrate, trigo de la gracia;

Alégrate, fruto libre de las pasiones;

Alégrate, rosa fragante de la Iglesia;

Alégrate, pues tu alma era limpia como la de un niño;

Alégrate, padre espiritual de muchos hijos;

Alégrate, maestro de la oración hesicasta;

 

¡Alégrate, Padre Paisie, maestro de los monjes!

 

 

Condaquio III

 

Los padres de los monasterios de Dalhauti y Poiana Marului, se maravillaron al ver tu ansia de oración y obediencia, la profunda humildad de tu corazón y las lágrimas que brotaban de tus ojos. Más tú, Padre, todo lo escondías en la cámara de tu alma donde incesantemente clamabas a Dios diciendo: ¡Aleluya!

 

Icos III

 

Desde tu infancia seguiste a Cristo, teniendo a Dios como Padre y a la Iglesia como Madre. Te pusiste bajo la protección de la Madre de Dios y los ángeles y santos fueron tus hermanos. Por eso llenos de fe te decimos:

 

Alégrate, ciudadano del cielo;

Alégrate, tú que habitas junto a los ángeles;

Alégrate, hijo de la santa montaña de Athos;

Alégrate, flor fragante del jardín de la Madre de Dios;

Alégrate, pues Cristo te llamo a las tierras de Moldavia;

Alégrate, pues no te opusiste a la voluntad de Dios.

Alégrate, pues no amaste nada de lo terrenal;

Alégrate, tú que encontraste descanso y refugio para tus hijos en el monasterio de Dragomina.

Alégrate, pues allí reuniste a infinidad de hijos espirituales;

Alégrate, digno siervo de Cristo, Rey del universo;

Alégrate, tú que alimentaste a los monjes con enseñanzas divinas;

Alégrate, padre portador de la Luz increada;

 

¡Alégrate, Padre Paisie, maestro de los monjes!

 

Condaquio IV

 

¿Cómo alabaremos tus trabajos, oh Padre bondadoso? ¿Cómo no ensalzaremos maravillados tu celo por las buenas obras, tu fuerza, tu paciencia en la vigilia nocturna, tus lágrimas secretas, el don de la oración incesante que reposaba en tu corazón? Ayúdanos con tus dones para caminar por el camino del arrepentimiento y poder así cantarle a Dios: ¡Aleluya!

 

Icos IV

 

Padre entre los padres y maestro entre los maestros; hábil para hallar la medida correcta, igúmeno sapientísimo, padre de miles de monjes e intercesor ante la Santísima Trinidad. Nosotros llenos de filial piedad te cantamos:

 

Alégrate, firme pilar de la fe ortodoxa;

Alégrate, fiel defensor de la verdad;

Alégrate, roca de los dogmas ortodoxos;

Alégrate, verdadero teólogo de las cosas celestiales;

Alégrate, hábil maestro de las buenas obras;

Alégrate, vela inextinguible de la santa oración;

Alégrate, estrella que guía a los monjes;

Alégrate, habitante del monasterio de Dragomina;

Alégrate, padre de los pobres y médico de los enfermos;

Alégrate, traductor de la Filocalia;

Alégrate, amigo amante de los Santos Padres;

Alégrate, siervo de la Santísima Trinidad;

 

¡Alégrate, Padre Paisie, maestro de los monjes!

 

Condaquio V

 

Siguiendo a Cristo y a sus Santos, amaste la oración y las enseñanzas de los Padres Teóforos. Fundaste en Moldavia tres ciudades espirituales regidas por la Hesiquia: los monasterios de Dragomina, Secu y Neamnt, convirtiendo esas tierras en un segundo Athos. Por ello, nosotros junto a los ángeles cantamos a Dios: ¡Aleluya!

 

Icos V

 

Estamos llenos de alegría, oh Padre santo, por los dones que has recibido de Cristo: la humildad, la gentileza de corazón y el cuidado que tuviste por el pueblo ortodoxo perseguido por los impíos, por lo que te cantamos:

 

Alégrate, santo maestro de la oración;

Alégrate, discípulo escogido de los Santos Padres;

Alégrate, cámara secreta del Espíritu Santo;

Alégrate, padre de las fortalezas monásticas;

Alégrate, defensor de los pobres y perseguidos;

Alégrate, tú que moras en el cielo junto a los Santos;

Alégrate, ministro incesante de la Divina Liturgia.

Alégrate, fiel amante de las vigilias;

Alégrate, vencedor sobre los demonios;

Alégrate, amarga reprensión de los perezosos;

Alégrate, pronto auxilio de los angustiados;

Alégrate; padre espiritual de Moldavia;

 

¡Alégrate, Padre Paisie, maestro de los monjes!

 

Condaquio VI

 

Cayó Bucovina en manos de los impíos austriacos y fuiste oh buen Padre, al monasterio de Secu. Con lágrimas ardientes te separaste de tus hijos, reuniendo allí a otros discípulos que glorificaban a Dios continuamente cantando: ¡Aleluya!

 

Icos VI

 

En el monasterio de Secu poblaste las montañas y valles de ermitas, oh bienaventurado y renovaste los estatutos de Sihla y Sihastria para la alabanza de Dios. Por ello recibe nuestros humildes cantos:

 

Alégrate, lugar de la oración;

Alégrate, casa de bendición;

Alégrate, plegaria viviente a la Santísima Trinidad;

Alégrate, alabanza a la Virgen;

Alégrate, vela de la Iglesia;

Alégrate, maestro del arrepentimiento;

Alégrate, padre de obispos;

Alégrate, templo vivo de los amores divinos;

Alégrate, tú que oras junto a los ángeles;

Alégrate, tú que vives junto a los Padres;

Alégrate, tú que habitas junto a los Santos;

Alégrate, fiel siervo de Cristo;

 

¡Alégrate, Padre Paisie, maestro de los monjes!

 

Condaquio VII

 

No cediste al sueño, ni tus ojos se cerraron. Día y noche rogabas para que tú y tus hijos os vierais libres de los ataques e insidias del enemigo mientras cantabas a Dios con ellos: ¡Aleluya!

 

Icos VII

 

Siendo vasija de la oración y árbol celestial, recibiste de lo alto la gracia y consuelo de la intercesión de la Madre de Dios y de todos los Santos a quienes seguiste con fe, por ello te decimos:

 

Alégrate, columna de la oración;

Alégrate, incienso de dulce aroma;

Alégrate, hombre de rostro angélico;

Alégrate, padre espiritual;

Alégrate, luz que ilumina el camino de la vida;

Alégrate, fuente que apaga las pasiones;

Alégrate, fuego que quema a los demonios;

Alégrate, tú que dialogas con Cristo;

Alégrate, tú que sanas las enfermedades del alma y el cuerpo;

Alégrate, hábil maestro de los jóvenes;

Alégrate, humilde anciano entre los ancianos;

Alégrate, tú que estás bajo la sombra del Espíritu Santo;

 

¡Alégrate, Padre Paisie, maestro de los monjes!

 

Condaquio VIII

 

La providencia de Dios te llevó al monasterio de Neamt, oh Padre santo, donde con muchas lágrimas viniste con tus hijos del monasterio de Secu y perfeccionar la vida espiritual en Cristo, a quien cantamos: ¡Aleluya!

 

Icvos VIII

 

Con gran alegría fuiste recibido en el monasterio de Neamt, donde con oraciones y vigilias de toda la noche, glorificaste al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, Dios. Por ello de decimos llenos de alegría:

 

Alégrate, sapientísimo pastor del monasterio de Neamt;

Alégrate, primero entre los padres de Moldavia;

Alégrate, tu que gozaste del don de las visiones;

Alégrate, consejero de jerarcas y príncipes;

Alégrate, renovador de la vida monástica;

Alégrate, defensor de la vida espiritual;

Alégrate, padre de padres espirituales;

Alégrate, justo juez en las disputas;

Alégrate, fuente de la que mana el agua viva;

Alégrate, fuego que quema todas las tentaciones;

Alégrate, fundador de moradas divinas;

Alégrate padre de los eremitas del monte Ceahlau;

 

¡Alégrate, Padre Paisie, maestro de los monjes!

 

Condaquio IX

 

¿Cómo podremos callar y no alabar, santo padre Paisi, todas tus obras y hazañas espirituales? Reuniste a las ovejas, las lavaste con tus lágrimas y alimentaste con tus palabras inspiradas. Poblaste Neamt y Secu con una multitud de monjes convirtiéndolos en moradas celestiales donde se elevaban alabanzas a la Trinidad cantando: ¡Aleluya!

 

Icos IX

 

Oh Padre bondadoso, alabamos tu vida, y asombrados contemplamos el ejército de monjes reunidos a tu alrededor que glorifican sin cesar a Dios con himnos espirituales y voces angelicales. Ellos te amaron y siguieron anhelando a Cristo y por ello, nosotros te decimos:

 

Alégrate, padre de la oración del corazón;

Alégrate, brillante rayo de la Ortodoxia;

Alégrate, renovador de los monasterios;

Alégrate, gloria de la vida monástica,

Alégrate, fundador espiritual del monasterio de Varatic;

Alégrate, joya preciosa de Moldavia y del país rumano;

Alégrate, tú que iluminaste con el Espíritu Santo a monjes y pecadores;

Alégrate, amigo de Santos y bienaventurados;

Alégrate, guía de los piadosos gobernantes cristianos;

Alégrate, pilar y esperanza de los débiles e indefensos;

Alégrate, luchador implacable contra las pasiones;

Alégrate, espada que corta los malos pensamientos;

 

¡Alégrate, Padre Paisie, maestro de los monjes!

 

Condaquio X

 

Los pastores espirituales te buscaban y los monjes y eremitas seguían tus consejos; los enfermos del alma y del cuerpo recobraban la salud con tu bendición y asististe a los pobres y necesitados. Nadie se aparto de ti con necesidad e incircunciso de corazón. Por ello, unidos a tus hijos, cantamos a Cristo nuestro Dios: ¡Aleluya!

 

Icos X

 

Tu nombre fue conocido en todos los países circundantes y fueron muchos los que corrieron a Neamt queriendo seguir la vida monástica o al menos poder recibir tu consejo. Los gobernantes pidieron tu bendición, los monjes siguieron tus exhortaciones y los pobres vieron aliviadas sus penas. Junto a ellos te elevamos estos cantos de alabanza:

 

Alégrate, ciudad fortificada de la ortodoxia;

Alégrate, alegría de los monjes;

Alégrate, consejero de obispos;

Alégrate; asesor de jerarcas;

Alégrate, mentor de príncipes;

Alégrate, consuelo de los creyentes;

Alégrate, corona de los monasterios de Neamt y Secu;

Alégrate, maestro de maestros;

Alégrate, padre bondadoso e indulgente;

Alégrate; guía de la santidad;

Alégrate, ferviente intercesor nuestro;

Alégrate, tesoro de Moldavia;

 

¡Alégrate, Padre Paisie, maestro de los monjes!

 

Condaquio XI

 

Por tu amor a Cristo y a las enseñanzas de los Santos Padres, has convertido Neamt en un lugar fortalecido con un inexpugnable muro contra las pasiones, fortaleciendo Moldavia con las enseñanzas patrísticas y guiando a todos lo el camino de la salvación. Por ello con voz unánime cantamos a Dios: ¡Aleluya!

 

Icos XI

 

Acercándose el final de tu vida la tristeza embargo a tus hijos que vieron como partiste a las moradas celestiales acompañado por los ángeles y ser contado entre los Santos Padres, dejaste a tus hijos en medio de un mar de lágrimas y junto a ellos te decimos:

 

Alégrate, amigo de los bienaventurados;

Alégrate, alegría de los ángeles;

Alégrate, conciudadano con los santos;

Alégrate, habitante del cielo;

Alégrate, tu que contemplas a la Trinidad

Alégrate, tú que cantas las alabanzas a Dios;

Alégrate, regocijo de la Ortodoxia;

Alégrate, pues tu nombre es alabado por todos;

Alégrate, tú que ruegas a Cristo por nosotros;

Alégrate, tú que has sido coronado por el Espíritu Santo;

Alégrate, nuestro padre santo y guía;

Alégrate, tú que moras en la luz de Cristo;

 

 ¡Alégrate, Padre Paisie, maestro de los monjes!

 

Condaquio XII

 

Tu sepulcro en la iglesia del monasterio de Neamt y tus santas reliquias incorruptas nos consuelan y ayudan a todos con el poder de tus oraciones a Dios. Por ello, oh Santo Padre Paisi, ruega por nosotros para que podamos obtener el perdón de nuestros pecados y cantar juntos a Cristo Dios: ¡Aleluya!

 

Icos XII

 

Fuiste hombre angelical y como un ángel con cuerpo partiste a Dios, oh Padre piadoso, dejando en la tierra a tus hijos. Ruega a la Santísima Trinidad por los que te dirigimos estos canticos:

 

Alégrate, ángel terrenal y hombre celestial;

Alégrate, hijo de Rusia y Padre de Moldavia;

Alégrate, honra de Poltava y alegría de la Ortodoxia;

Alégrate, flor del Monte Athos;

Alégrate, junto a todos los Santos en el cielo;

Alégrate, discípulo del bienaventurado Basilio de Poiana;

Alégrate, junto al eremita Onofre de Sihastria;

Alégrate, bienaventurado que viviste y tradujiste la Filocalia;

Alégrate; pues nos has dado tu fe y tus obras como testimonio;

Alégrate, tú que junto a los ángeles cantas a la Santísima Trinidad;

Alégrate, joya preciosa del monacato ortodoxo;

Alégrate, ferviente intercesor nuestro ante Dios;

 

¡Alégrate, Padre Paisie, maestro de los monjes!

 

Condaquio XIII

 

Oh piadoso padre Paisi, corona del monacato, santo igumeno y padre espiritual, ornamento de la Iglesia y heredero del reino celestial, recibe nuestras humildes oraciones y proteje a tus humilde hijos que junto a los ángeles cantan: ¡Aleluya, aleluya, aleluya!

 

Se repiten el Icos y el Condaquio I


Traducido del rumano por el P. Hm. Nicolás (Vera)

 

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