ACATISTO A SAN
PAISIE DE LA NEAMT
Condaquio I
Siguiendo a Cristo, oh Padre, dejaste la
casa de tus padres y fuiste a la santa montaña de Athos buscando un guía
espiritual. Como un nuevo Abraham te estableciste en la bendita tierra rumana,
convirtiéndote en padre y sacerdote, engendrando innumerables hijos
espirituales en Moldavia. Por ello, con piedad te decimos:
¡Alégrate, Padre Paisie, maestro de los
monjes!
Icos I
Nacido en una familia sacerdotal, desde
niño amaste a Cristo anhelando la oración silenciosa e incesante. Recibe este
himno de alabanza de parte de nosotros, tus hijos:
Alégrate, vaso escogido del Espíritu
Santo;
Alégrate, flor preciosa de Poltava;
Alégrate, lirio espiritual de la
Ortodoxia;
Alégrate, pues desde niño fuiste llamado
por Cristo;
Alégrate, tu que amaste a la Iglesia desde
tu infancia;
Alégrate, llama que arde con el fuego
divino;
Alégrate, faro que ilumina el Este;
Alégrate, vela encendida de la oración;
Alégrate, justo candelero de la
virginidad;
Alégrate, morada de la bondad celestial;
Alégrate, joven de mente anciana;
Alégrate, anciano sapientísimo con corazón
de padre;
¡Alégrate, Padre Paisie, maestro de los
monjes!
Condaquio II
Ni las lágrimas de tu madre, ni las
súplicas de tus hermanos, ni tu tierra natal, pudieron impedirte seguir a
Cristo y dejándolos a todos derrotaste a los demonios y las tentaciones de la
juventud se suavizaron. Tus amigos te abandonaron y tu corriste hacia el cielo
lleno de alegría, por lo que cantamos a Cristo: ¡Aleluya!
Icos II
Oh Padre, nos maravillamos por tu santo celo
cuando dejaste en tu vida paso a lo eterno; por como superaste las debilidades
de la carne y encontraste refugio en tierra extranjera convirtiéndote en hijo
del bienaventurado Basilio de Poiana Marului y hábil marinero en la montaña
sagrada de Athos por lo que te decimos:
Alégrate, roca escogida de la fe;
Alégrate, aceituna fructífera de la
Iglesia;
Alégrate, grácil cedro del jardín
celestial;
Alégrate, manzana bañada por el rocío del
Espíritu;
Alégrate, vid fructífera;
Alégrate, jardín lleno de frutos
escogidos;
Alégrate, trigo de la gracia;
Alégrate, fruto libre de las pasiones;
Alégrate, rosa fragante de la Iglesia;
Alégrate, pues tu alma era limpia como la
de un niño;
Alégrate, padre espiritual de muchos
hijos;
Alégrate, maestro de la oración hesicasta;
¡Alégrate, Padre Paisie, maestro de los
monjes!
Condaquio III
Los padres de los monasterios de Dalhauti
y Poiana Marului, se maravillaron al ver tu ansia de oración y obediencia, la
profunda humildad de tu corazón y las lágrimas que brotaban de tus ojos. Más
tú, Padre, todo lo escondías en la cámara de tu alma donde incesantemente
clamabas a Dios diciendo: ¡Aleluya!
Icos III
Desde tu infancia seguiste a Cristo,
teniendo a Dios como Padre y a la Iglesia como Madre. Te pusiste bajo la
protección de la Madre de Dios y los ángeles y santos fueron tus hermanos. Por
eso llenos de fe te decimos:
Alégrate, ciudadano del cielo;
Alégrate, tú que habitas junto a los
ángeles;
Alégrate, hijo de la santa montaña de
Athos;
Alégrate, flor fragante del jardín de la
Madre de Dios;
Alégrate, pues Cristo te llamo a las
tierras de Moldavia;
Alégrate, pues no te opusiste a la
voluntad de Dios.
Alégrate, pues no amaste nada de lo
terrenal;
Alégrate, tú que encontraste descanso y
refugio para tus hijos en el monasterio de Dragomina.
Alégrate, pues allí reuniste a infinidad
de hijos espirituales;
Alégrate, digno siervo de Cristo, Rey del
universo;
Alégrate, tú que alimentaste a los monjes
con enseñanzas divinas;
Alégrate, padre portador de la Luz
increada;
¡Alégrate, Padre Paisie, maestro de los
monjes!
Condaquio IV
¿Cómo alabaremos tus trabajos, oh Padre
bondadoso? ¿Cómo no ensalzaremos maravillados tu celo por las buenas obras, tu
fuerza, tu paciencia en la vigilia nocturna, tus lágrimas secretas, el don de
la oración incesante que reposaba en tu corazón? Ayúdanos con tus dones para
caminar por el camino del arrepentimiento y poder así cantarle a Dios:
¡Aleluya!
Icos IV
Padre entre los padres y maestro entre los
maestros; hábil para hallar la medida correcta, igúmeno sapientísimo, padre de
miles de monjes e intercesor ante la Santísima Trinidad. Nosotros llenos de
filial piedad te cantamos:
Alégrate, firme pilar de la fe ortodoxa;
Alégrate, fiel defensor de la verdad;
Alégrate, roca de los dogmas ortodoxos;
Alégrate, verdadero teólogo de las cosas
celestiales;
Alégrate, hábil maestro de las buenas
obras;
Alégrate, vela inextinguible de la santa
oración;
Alégrate, estrella que guía a los monjes;
Alégrate, habitante del monasterio de
Dragomina;
Alégrate, padre de los pobres y médico de
los enfermos;
Alégrate, traductor de la Filocalia;
Alégrate, amigo amante de los Santos
Padres;
Alégrate, siervo de la Santísima Trinidad;
¡Alégrate, Padre Paisie, maestro de los
monjes!
Condaquio V
Siguiendo a Cristo y a sus Santos, amaste
la oración y las enseñanzas de los Padres Teóforos. Fundaste en Moldavia tres
ciudades espirituales regidas por la Hesiquia: los monasterios de Dragomina,
Secu y Neamnt, convirtiendo esas tierras en un segundo Athos. Por ello,
nosotros junto a los ángeles cantamos a Dios: ¡Aleluya!
Icos V
Estamos llenos de alegría, oh Padre santo,
por los dones que has recibido de Cristo: la humildad, la gentileza de corazón
y el cuidado que tuviste por el pueblo ortodoxo perseguido por los impíos, por
lo que te cantamos:
Alégrate, santo maestro de la oración;
Alégrate, discípulo escogido de los Santos
Padres;
Alégrate, cámara secreta del Espíritu
Santo;
Alégrate, padre de las fortalezas
monásticas;
Alégrate, defensor de los pobres y
perseguidos;
Alégrate, tú que moras en el cielo junto a
los Santos;
Alégrate, ministro incesante de la Divina
Liturgia.
Alégrate, fiel amante de las vigilias;
Alégrate, vencedor sobre los demonios;
Alégrate, amarga reprensión de los
perezosos;
Alégrate, pronto auxilio de los
angustiados;
Alégrate; padre espiritual de Moldavia;
¡Alégrate, Padre Paisie, maestro de los
monjes!
Condaquio VI
Cayó Bucovina en manos de los impíos
austriacos y fuiste oh buen Padre, al monasterio de Secu. Con lágrimas
ardientes te separaste de tus hijos, reuniendo allí a otros discípulos que
glorificaban a Dios continuamente cantando: ¡Aleluya!
Icos VI
En el monasterio de Secu poblaste las
montañas y valles de ermitas, oh bienaventurado y renovaste los estatutos de
Sihla y Sihastria para la alabanza de Dios. Por ello recibe nuestros humildes
cantos:
Alégrate, lugar de la oración;
Alégrate, casa de bendición;
Alégrate, plegaria viviente a la Santísima
Trinidad;
Alégrate, alabanza a la Virgen;
Alégrate, vela de la Iglesia;
Alégrate, maestro del arrepentimiento;
Alégrate, padre de obispos;
Alégrate, templo vivo de los amores
divinos;
Alégrate, tú que oras junto a los ángeles;
Alégrate, tú que vives junto a los Padres;
Alégrate, tú que habitas junto a los
Santos;
Alégrate, fiel siervo de Cristo;
¡Alégrate, Padre Paisie, maestro de los
monjes!
Condaquio VII
No cediste al sueño, ni tus ojos se cerraron.
Día y noche rogabas para que tú y tus hijos os vierais libres de los ataques e
insidias del enemigo mientras cantabas a Dios con ellos: ¡Aleluya!
Icos VII
Siendo vasija de la oración y árbol
celestial, recibiste de lo alto la gracia y consuelo de la intercesión de la
Madre de Dios y de todos los Santos a quienes seguiste con fe, por ello te
decimos:
Alégrate, columna de la oración;
Alégrate, incienso de dulce aroma;
Alégrate, hombre de rostro angélico;
Alégrate, padre espiritual;
Alégrate, luz que ilumina el camino de la
vida;
Alégrate, fuente que apaga las pasiones;
Alégrate, fuego que quema a los demonios;
Alégrate, tú que dialogas con Cristo;
Alégrate, tú que sanas las enfermedades
del alma y el cuerpo;
Alégrate, hábil maestro de los jóvenes;
Alégrate, humilde anciano entre los
ancianos;
Alégrate, tú que estás bajo la sombra del
Espíritu Santo;
¡Alégrate, Padre Paisie, maestro de los
monjes!
Condaquio VIII
La providencia de Dios te llevó al
monasterio de Neamt, oh Padre santo, donde con muchas lágrimas viniste con tus
hijos del monasterio de Secu y perfeccionar la vida espiritual en Cristo, a
quien cantamos: ¡Aleluya!
Icvos VIII
Con gran alegría fuiste recibido en el
monasterio de Neamt, donde con oraciones y vigilias de toda la noche, glorificaste
al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, Dios. Por ello de decimos llenos de
alegría:
Alégrate, sapientísimo pastor del
monasterio de Neamt;
Alégrate, primero entre los padres de
Moldavia;
Alégrate, tu que gozaste del don de las
visiones;
Alégrate, consejero de jerarcas y
príncipes;
Alégrate, renovador de la vida monástica;
Alégrate, defensor de la vida espiritual;
Alégrate, padre de padres espirituales;
Alégrate, justo juez en las disputas;
Alégrate, fuente de la que mana el agua
viva;
Alégrate, fuego que quema todas las
tentaciones;
Alégrate, fundador de moradas divinas;
Alégrate padre de los eremitas del monte
Ceahlau;
¡Alégrate, Padre Paisie, maestro de los
monjes!
Condaquio IX
¿Cómo podremos callar y no alabar, santo
padre Paisi, todas tus obras y hazañas espirituales? Reuniste a las ovejas, las
lavaste con tus lágrimas y alimentaste con tus palabras inspiradas. Poblaste
Neamt y Secu con una multitud de monjes convirtiéndolos en moradas celestiales
donde se elevaban alabanzas a la Trinidad cantando: ¡Aleluya!
Icos IX
Oh Padre bondadoso, alabamos tu vida, y
asombrados contemplamos el ejército de monjes reunidos a tu alrededor que
glorifican sin cesar a Dios con himnos espirituales y voces angelicales. Ellos
te amaron y siguieron anhelando a Cristo y por ello, nosotros te decimos:
Alégrate, padre de la oración del corazón;
Alégrate, brillante rayo de la Ortodoxia;
Alégrate, renovador de los monasterios;
Alégrate, gloria de la vida monástica,
Alégrate, fundador espiritual del monasterio
de Varatic;
Alégrate, joya preciosa de Moldavia y del
país rumano;
Alégrate, tú que iluminaste con el
Espíritu Santo a monjes y pecadores;
Alégrate, amigo de Santos y
bienaventurados;
Alégrate, guía de los piadosos gobernantes
cristianos;
Alégrate, pilar y esperanza de los débiles
e indefensos;
Alégrate, luchador implacable contra las
pasiones;
Alégrate, espada que corta los malos
pensamientos;
¡Alégrate, Padre Paisie, maestro de los
monjes!
Condaquio X
Los pastores espirituales te buscaban y
los monjes y eremitas seguían tus consejos; los enfermos del alma y del cuerpo
recobraban la salud con tu bendición y asististe a los pobres y necesitados.
Nadie se aparto de ti con necesidad e incircunciso de corazón. Por ello, unidos
a tus hijos, cantamos a Cristo nuestro Dios: ¡Aleluya!
Icos X
Tu nombre fue conocido en todos los países
circundantes y fueron muchos los que corrieron a Neamt queriendo seguir la vida
monástica o al menos poder recibir tu consejo. Los gobernantes pidieron tu
bendición, los monjes siguieron tus exhortaciones y los pobres vieron aliviadas
sus penas. Junto a ellos te elevamos estos cantos de alabanza:
Alégrate, ciudad fortificada de la
ortodoxia;
Alégrate, alegría de los monjes;
Alégrate, consejero de obispos;
Alégrate; asesor de jerarcas;
Alégrate, mentor de príncipes;
Alégrate, consuelo de los creyentes;
Alégrate, corona de los monasterios de
Neamt y Secu;
Alégrate, maestro de maestros;
Alégrate, padre bondadoso e indulgente;
Alégrate; guía de la santidad;
Alégrate, ferviente intercesor nuestro;
Alégrate, tesoro de Moldavia;
¡Alégrate, Padre Paisie, maestro de los
monjes!
Condaquio XI
Por tu amor a Cristo y a las enseñanzas de
los Santos Padres, has convertido Neamt en un lugar fortalecido con un
inexpugnable muro contra las pasiones, fortaleciendo Moldavia con las
enseñanzas patrísticas y guiando a todos lo el camino de la salvación. Por ello
con voz unánime cantamos a Dios: ¡Aleluya!
Icos XI
Acercándose el final de tu vida la
tristeza embargo a tus hijos que vieron como partiste a las moradas celestiales
acompañado por los ángeles y ser contado entre los Santos Padres, dejaste a tus
hijos en medio de un mar de lágrimas y junto a ellos te decimos:
Alégrate, amigo de los bienaventurados;
Alégrate, alegría de los ángeles;
Alégrate, conciudadano con los santos;
Alégrate, habitante del cielo;
Alégrate, tu que contemplas a la Trinidad
Alégrate, tú que cantas las alabanzas a
Dios;
Alégrate, regocijo de la Ortodoxia;
Alégrate, pues tu nombre es alabado por
todos;
Alégrate, tú que ruegas a Cristo por
nosotros;
Alégrate, tú que has sido coronado por el
Espíritu Santo;
Alégrate, nuestro padre santo y guía;
Alégrate, tú que moras en la luz de
Cristo;
¡Alégrate,
Padre Paisie, maestro de los monjes!
Condaquio XII
Tu sepulcro en la iglesia del monasterio
de Neamt y tus santas reliquias incorruptas nos consuelan y ayudan a todos con
el poder de tus oraciones a Dios. Por ello, oh Santo Padre Paisi, ruega por
nosotros para que podamos obtener el perdón de nuestros pecados y cantar juntos
a Cristo Dios: ¡Aleluya!
Icos XII
Fuiste hombre angelical y como un ángel
con cuerpo partiste a Dios, oh Padre piadoso, dejando en la tierra a tus hijos.
Ruega a la Santísima Trinidad por los que te dirigimos estos canticos:
Alégrate, ángel terrenal y hombre
celestial;
Alégrate, hijo de Rusia y Padre de
Moldavia;
Alégrate, honra de Poltava y alegría de la
Ortodoxia;
Alégrate, flor del Monte Athos;
Alégrate, junto a todos los Santos en el
cielo;
Alégrate, discípulo del bienaventurado
Basilio de Poiana;
Alégrate, junto al eremita Onofre de
Sihastria;
Alégrate, bienaventurado que viviste y
tradujiste la Filocalia;
Alégrate; pues nos has dado tu fe y tus
obras como testimonio;
Alégrate, tú que junto a los ángeles cantas
a la Santísima Trinidad;
Alégrate, joya preciosa del monacato
ortodoxo;
Alégrate, ferviente intercesor nuestro
ante Dios;
¡Alégrate, Padre Paisie, maestro de los
monjes!
Condaquio XIII
Oh piadoso padre Paisi, corona del
monacato, santo igumeno y padre espiritual, ornamento de la Iglesia y heredero
del reino celestial, recibe nuestras humildes oraciones y proteje a tus humilde
hijos que junto a los ángeles cantan: ¡Aleluya, aleluya, aleluya!
Se repiten el Icos y el Condaquio I
Traducido del rumano por el P. Hm. Nicolás (Vera)
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